La vida artesanal en Venecia se organizaba con el sistema de gremios de oficios (la “arti”), jurídicamente reconocidos por el Estado desde el inicio del siglo XIII (el “Capitolare” más antiguo redactado por escrito fue el de los sartori, los sastres, el 10 de Febrero de 1219).

En el siglo XVI los gremios eran casi un centenar, en 1797, a la caída de la Serenísima, más de 150.

El Estado los controlaba a través de especiales magistraturas – como por ejemplo la Giustizia Vecchia (Justicia Vieja) – para evitar que pudiesen aspirar a un poder político efectivo o a cualquier participación en el gobierno, como en elFofic caso de Florencia. Los gremios de oficios se protegían y tutelaban al mismo tiempo para mantener vivo aquel “consenso popular” y aquella función social de agregación tan importante para el buen gobierno de la entera República.

La organización interior y las relaciones con el Estado y con el exterior eran reguladas por las normas contenidas en el propio “Capitolare” y a la cabeza de cada gremio existía un gastaldo , elegido entre los artesanos más capaces y expertos, acompañado en sus tareas de otras figuras, como el massaro, los tansadori para la repartición de los impuestos fiscales, los sindici para la revisión de las cuentas y un scrivano o secretario. A los gremios se accedía o por afiliación o a través de un periodo de aprendizaje como mozo y después como trabajador, con una duración variable entre los 7 y los 10 años; el trabajador debía después realizar una prueba práctica para demostrar que había aprendido el oficio y pasar así a la cualificación de maestro y ser inscrito a pleno título en el gremio. Libre acceso tenían los catecumeni, conversos, y los huérfanos del Istituto della Pietà ("Instituto de la Piedad"), mientras algunos de los oficios estaban reservados exclusivamente a los venecianos y/o a los súbditos vénetos. Los inscritos a un gremio, frecuentemente diferenciados entre las diversas especializaciones internas, en Venecia llamados colonnelli, tenían además precisas obligaciones morales y materiales en la asistencia a sus confraternos incapacitados, a los ancianos, a las viudas y huérfanos, y obligaciones de devoción en ocasión de la fiesta del Santo patrón y en la conmemoración de los difuntos.

Al lado de los gremios jurídicamente reconocidos gravitaba otro sistema laboral, a menudo estacional, ocasional incluso al límite de la legalidad, variopinto y fantasioso como aparece en las acuarelas de Giovanni Grevembroch y en las incisiones de Gaetano Zompini .

En las grandes fiestas públicas, los gremios de oficios tenían un papel específico propio, como en ocasión del "jueves gordo", en las grandes procesiones del Dux – como por ejemplo el Corpus Christi – y en particular durante la fiesta de la Sensa cuando en la Plaza de San Marcos instalaban pequeñas tiendas para la exposición y venta de los productos más preciados y característicos de Venecia.

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