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Giambattista Tiépolo (Venecia 1696 - Madrid 1770) fue un pintor y gran decorador del siglo XVIII, además de un diseñador y grabador muy hábil.
Interesado en los contemporáneos Giovan Battista Piazzetta y Sebastiano Ricci y en la gran tradición véneta del s.XVI, Tiépolo reveló desde las primeras obras importantes, como la Gloria de S. Teresa (1720-25, iglesia de los Descalzos de Venecia), la Virgen del Carmelo (Brera en Milán), y las Cuatro escenas mitológicas (1720-22, galerías de la academia), la tendencia a separarse del filón de la tradición barroca. Convertido en famoso más allá de los confines venecianos, en 1730 recibió encargos en Milán y en Lombardía, trabajando en ciclos decorativos enteros para los palacios más bellos de la capital lombarda y en la capilla Colleoni de Bérgamo.
Las obras de decoración, los retablos de altar, las telas mitológicas e históricas se sucedían sin interrupción en los años en los que la creatividad del artista parecía interminable: el techo para S. María de los Jesuitas en Venecia (1737-39), los cuadros para la Escuela Grande de los Carmini (1740-44), aquellos para el palacio Labia con Historias de Antonio y Cleopatra (1747-50), son sólo algunos ejemplos. En 1750, Tiepolo fue a Würzburg en Baviera con los hijos Giandomenico y Lorenzo, sus alumnos, para realizar la decoración de la residencia del príncipe-obispo. Al retorno de Alemania se remonta la decoración de la Villa Valmarana, cerca de Vicenza, el gran fresco sobre la Gloria de la familia Pisani en la villa de Stra, cerca de Venecia, y el ciclo decorativo para el palacio Rezzónico.
La última fase de su actividad se desarrolla en Madrid, donde, llamado por el rey Carlos III, se encargó de la decoración de la sala del trono y de una serie de siete retablos para la iglesia real de Aranjuez (1770), su última obra.
1600 - 1700 - - rev. 0.1.11