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Es bien sabido que el nivel global del mar varía con el clima. Hace aproximadamente 20.000 años, durante el último período glaciar, aquél era aproximadamente 120 metros más bajo que el actual, y el Alto Adriático estaba completamente emergido. Hace unos 6.000 años, con el fin de la fusión de los casquetes glaciares que habían invadido el norte de América y la península fino-escandinava, el nivel global del mar se asentó más o menos cerca de su posición actual, formándose así las lagunas adriáticas.
Las estimaciones sobre las variaciones del nivel del mar en el siglo XX se basan generalmente en los registros de los mareógrafos, que, sin embargo, no son capaces de distinguir los movimientos del suelo de los de la superficie marina. Así, en el Alto Adriático, donde la subsidencia de Venecia es mayor que la de Trieste, la elevación media del nivel del mar constatada en el transcurso del último siglo ha sido más alta en Venecia (veinticuatro centímetros) que en Trieste (doce centímetros). Según el informe de 2001 del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), la elevación media durante el mismo período a escala mundial estaba comprendida entre uno y dos milímetros al año, o sea entre diez y veinte centímetros para el siglo entero.
En 1992, con la llegada de los satélites altimétricos, se registró un salto cualitativo en lo que se refiere a las medidas del nivel global del mar, ya que los satélites, que repetían las mismas trayectorias cada diez días, eran capaces de medir la altura de la superficie global de los océanos (entre 66º Norte y 66º Sur) con respecto al centro de la Tierra, con un margen de error de 4-5 milímetros.
Los mapas obtenidos cada diez días con las medidas de los satélites altimétricos han revolucionado los estudios sobre el tema , mostrando que las variaciones del nivel del mar eran distintas de una región a otra, y que tendían a aumentar en algunas regiones oceánicas y a disminuir en otras. Estos mapas han demostrado asimismo que la tendencia a lo largo de las costas (donde se encuentran los mareógrafos) puede ser distinta a la tendencia mar adentro. En el Mediterráneo se observan fenómenos análogos: un aumento superior a la media del globo, durante la última década, en el Mediterráneo oriental y en el Adriático, mientras que el nivel medio del mar ha descendido ligeramente en el Mar Jónico.
Las variaciones regionales se deben esencialmente a las diferencias en la expansión térmica de las aguas marinas, a causa de la tendencia al aumento de la temperatura media mundial. Las variaciones en la expansión térmica no permanecen estables en las mismas zonas, sino que cambian de una zona a otra, tendiendo hacia un equilibrio global con fluctuaciones decenales.
A pesar de dichas variaciones y de sus cambios, la tendencia indicada por los satélites para el nivel global del mar (si se filtran las variaciones estacionales) es esencialmente al aumento, con una velocidad que desde 1993 a 2006 se puede estimar en +3,3±0,4 al año . Esta velocidad es claramente superior a todas las estimaciones referentes al siglo pasado.
Se ha producido pues, paralelamente al aumento de la temperatura media mundial, una aceleración reciente del crecimiento del nivel global del mar. Según el último informe del IPCC, la aceleración en el aumento del nivel del mar es sencillamente una consecuencia de la reciente aceleración en la expansión térmica de las aguas oceánicas (que de media ha pasado, según cuatro estudios oceanográficos independientes, de +0,4±0,1 milímetros al año en el periodo 1950-2000 a +1,6±0,3 milímetros al año en la década 1993-2003) y de la aceleración de la fusión de los hielos continentales.
Esta última ha pasado (en cantidades equivalentes al nivel del mar) de una aportación de +0,50±0,18 milímetros al año durante el periodo 1961-2004 a +0,77±0,22 milímetros al año durante el periodo 1991-2004 para los hielos de montaña, y de +0,12±0,05 milímetros al año durante el periodo 1961-2003 a +0,21±0,07 milímetros al año durante el periodo 1993-2003 para el casquete de Groenlandia.
En los mareógrafos del Adriático se vuelven a encontrar las huellas de esta reciente aceleración del aumento del nivel del mar dado que durante el periodo 1993-2006 el nivel medio del mar ha crecido en +4,2±1,5 milímetros al año en Venecia (Punta de la Salute), en 3,2±1,4 milímetros al año en Trieste y todavía más en Spalato y en Ragusa .
Para el siglo XXI, el IPCC preveía, en 2001 basándose en seis escenarios de emisiones de gas de efecto invernadero, un aumento del nivel del mar comprendido entre 9 y 88 cm .
En el último informe del IPCC (2007), la estimación del incremento propuesto por los modelos climáticos ha sido reducido a una dimensión entre los 18 y los 59 cm., pero esta estimación está probablemente infravalorada porque no tiene en cuenta la reciente aceleración del flujo de los hielos que han sido observadas tanto en Groenlandia como en el Antártico. Si esta aceleración continuara, el IPCC estima que el nivel global del mar podría aumentar en 10-20 cm. más.
Además, el modelo que ha obtenido la estimación de 18-59 cm. Se basa en leyes físicas a largo plazo, independientemente de los datos climáticos observados después de 1990.
Sin embargo, como observaron Rahmstorf y sus colaboradores en 2007 en una nota publicada en la revista Science, a partir de 1990 el aumento del nivel global del mar ha sido más rápida que las previsiones de los modelos, situándose, en lugar de en medio del intervalo de variaciones previsto por el IPCC en 2001, cerca de su borde superior , que preveía un aumento de 88 cm. en 2100.
En Venecia, además del aumento eustático, se ha de tener en cuenta también la subsidencia, que, según los datos geológicos de E. Carminati y G. Di Donato ha sido estimada en 1,2 milímetros al año y en 1,3 milímetros al año según los datos arqueológicos de A.J.Ammermann. O sea, a finales del siglo XXI el nivel relativo del mar en Venecia podría resultar más alto que el actual en al menos 70-80 cm.
¿Qué defensas prever, frente a esto, para Venecia y su laguna? Está claro que el MOSE, aunque fuera terminado, sería una defensa insuficiente.
De hecho, las compuertas previstas están proyectadas para poder oscilar independientes una de otra en caso de olas. Esto significa que entre una compuerta y otra están previstos pasadizos por los que el agua del mar podrá penetrar en la laguna incluso con las compuertas cerradas.
Es bien sabido que en caso de fuerte marejada el fenómeno de la resonancia puede amplificar las oscilaciones, ampliando sensiblemente estos pasadizos.
Si con el actual nivel del mar el tiempo de cierre sería sólo de algunas horas, éste aumentaría de manera importante en caso de un aumento del nivel del mar. P.A. Pirazzoli y G. Umgiesser han revelado en la revista Journal of Marine Environment Engineering (2006) que, en el caso de un nivel del mar medio metro más alto que el actual y del paso de depresiones atmosféricas prolongadas, el MOSE no conseguiría evitar la inundación de las partes bajas de Venecia durante decenas de horas seguidas.
Sería pues necesario, mucho antes de que este aumento se verifique, desmantelar el MOSE (que no es un proyecto reversible ni adaptable a una estructura fija) para reemplazarlo por un dique impermeable fijo, capaz de separar totalmente la laguna del mar.
Obviamente, esto sólo se haría tras una descontaminación completa de la laguna e implicaría una gradual transformación del ambiente lagunar de marino-salobre en salobre-de agua dulce, aparte de otras importantes modificaciones de muchas actividades lagunares.
1800 - 2000 - - rev. 0.1.10