La dificultad de la salvaguardia

Georg Umgiesser

Oceanógrafo CNR ( Consejo Nacional de Búsquedas)
Es bien sabido que los niveles no suben de manera uniforme. Cuando se habla de 30-40 cm de elevación global, se entiende el promedio global. En ciertas zonas podría ser más o menos. Por ejemplo, sabemos que el Mediterráneo presenta una elevación ligeramente más lenta con respecto a otras partes del mundo. Desafortunadamente para nosotros, el Adriático presenta aproximadamente el mismo comportamiento del aumento global, es decir unos 30-35 cm en los próximos 100 años. Si el nivel del mar aumenta de 30 cm. el MOSE deberá entrar en funcionamiento muchas veces. El número exacto depende de diferentes factores. Uno de ellos es la definición del nivel de salvaguardia. Ahora con los últimos desarrollos, se está pensando fijar el nivel de salvaguardia en 110 cm. El número de veces que habrá que cerrarlo depende de la bondad de la previsión . Si decidiéramos cerrar a 110 cm con una tolerancia de previsión de 10 cm, el MOSE debería entrar en funcionamiento 180 veces al año.

Con el fin de solucionar el problema del agua alta de Venecia, el Estado Italiano ha aprobado un proyecto de cierre de las bocas del puerto mediante compuertas móviles empotradas con oscilación por flotamiento que se levantan en caso de mareas sostenidas, colocadas en el fondo del mar y fijadas con bisagras a una serie de enormes cajones de cemento fijos, conectados entre ellos. El proyecto ha sido denominado Módulo Experimental Electromecánico, de ahí deriva la sigla MOSE.

Este proyecto ha sido muy polemizado, tanto en la comunidad local como fuera de ella. Ha sido criticado por los procedimientos de aprobación aplicados, por la solución de diseño adoptada, por la organización de las obras de construcción así como por su mantenimiento y gestión. Una obra enorme cuyas compuertas, con las que por lo general se identifica la obra, representan el elemento invasivo menos importante.

El impacto ambiental de esta obra afecta varias áreas sensibles y un oasis natural único; por ello ha sido objeto de críticas por parte de la Comunidad Europea a causa de la transgresión y el incumplimiento de las normativas que regulan la materia. En este contexto, de un largo y tendido debate, ha nacido una filosofía de intervención diferente del proyecto, adoptada de reciente y en vías de realización, inspirada esencialmente en la idea de separar la lógica de las intervenciones de defensa del agua medio alta, de la lógica de las medidas necesarias para proteger del agua alta excepcional - así se definen las mareas cuyos picos no suben por encima de los 140 centímetros sobre el cero mareo-gráfico de Punta Salute -, proporcionando un sistema de cierre flexible parcial en caso de agua medio alta, y total, en caso de agua alta excepcional.

Esta última se controlaría por medio de barreras móviles que cubrirían zonas mucho más restringidas con respecto a las actuales y a las propuestas por el proyecto anterior, y además reducirían los costes en la fase de realización y en la fase de gestión de las obras.

Las posibles alternativas al MOSE para el cierre de las bocas del puerto son: reducción de las secciones de las bocas de puerto con alzamiento parcial del fondo e introducción de estructuras transversales fijas, introducción de estructuras transversales móviles según la estación del año, prolongación de los muelles actuales con unas estructuras convergentes, diversificación de las funciones portuarias de las tres bocas, con el traslado del terminal de cruceros del lado del mar.

Las estructuras removibles podrían ser estructuras navales ya probadas con una especie de naves puerta, o con una versión técnicamente más funcional para este fin, con pontones sumergibles en acero provistos de compuertas por gravedad y complementados con sistemas para su instalación y para el accionamiento de las compuertas mismas. Se podrían colocar en las bocas del puerto en los momentos del año de mayor riesgo de aguas altas, y serían removidas durante el verano para las operaciones de mantenimiento, que se realizarían en talleres especializados.

La realización de estas intervenciones, que podría comenzar inmediatamente para recuperar algunas de las obras ya existentes con el menor daño posible, permite una fuerte reducción de los picos de marea, especialmente por lo que respecta a los medio altos que son los que se presentan con mayor frecuencia en la ciudad, y tiene también el efecto fundamental de conceder el tiempo necesario para perfeccionar y desarrollar, durante la segunda fase, los métodos de protección más adecuados, incluso a una escala territorial más amplia, como consecuencia de los cambios climáticos frente a los escenarios eustáticos que están previstos en los próximos años.