Los lazos entre la Serenísima y los Griegos tienen orígenes lejanos. En 1081 Venecia ayudó al emperador romano de oriente, Comneno, contra los Normandos que se preparaban a atacar sus posesiones, entre ellas Grecia. Al año siguiente, como agradecimiento, el emperador concedió a los mercaderes venecianos varios privilegios, favoreciendo de esta manera el comienzo de la supremacía política, militar y comercial de la República Veneciana en el Levante.

Después de más de un siglo, tras la cuarta cruzada (1204), cuando Venecia se apoderó de grandes islas como Creta y Corfú, fueron muchos los griegos que comenzaron a llegar a las tierras vénetas. El Senado favoreció su llegada a la ciudad, donde arribaron sobre todo marineros y comerciantes. Una inmigración aún más relevante se dio en los primeros decenios del siglo XIV debido a la política expansionista de los Turcos. Con la caída del Impero Bizantinoen 1453, causa de la diáspora griega en Venecia, el número de Griegos residentes en la laguna creció hasta constituir el componente extranjero más importante en la capital de la Serenísima (entre 1440 y 1500 se contaban más de 4.000).

En 1498, el Consejo de los Diez les autorizó a constituir una Confraternita (hermandad) que tomo sede en la iglesia de S. Biagio. Organizada y administrada por un consejo llamado también banca, presidido por el Gastaldo (autoridad gobernativa), llamado después “guardián grande”, la comunidad vio crecer su poder en el siglo XVI. El número de sus miembros aumentó gracias sobre todo a la afluencia de otros prófugos que ejercían diferentes oficios y profesiones. Eran ciertamente marineros y mercaderes, pero también artesanos, obreros, artistas, intelectuales o soldados. Éstos últimos, los Stradioti, participaron con celo y coraje en las actividades militares al lado de las tropas venecianas, formando una unidad de caballería ligera cuyo valor le dio mucha fama.

En 1511 fue aprobada y concedida la construcción de la Iglesia de San Giorgio, la más antigua y gloriosa de las iglesias griegas de Occidente. Entre el final del siglo XV e inicios del XVI, gracias a la impresión de las obras de los grandes escritores de la antigüedad, Venecia se convirtió en el principal centro de estudios helenísticos de Europa. A través de la Escuela Griega y del Colegio Flanghiniano, fundado en 1662 para recoger a los más eminentes estudiosos y autores griegos de la época, las actividades culturales de la comunidad continuaron a multiplicarse. Las escuelas y las tipografías griegas eran muy activas en Venecia y con la contribución de intelectuales competentes preparaban aquel despertar nacional helénico, que en el siglo siguiente desembocaría en las luchas por la independencia nacional.

En 1797, con la caída de la República de Venecia, la Confraternita sufrió un golpe mortal. Como para las demás escuelas, sus fondos, tesoros y objetos preciosos fueron confiscados por Napoleón. Siguió un inevitable período de declive.

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