Vittore Carpaccio (Venecia 1465-1525) fue un gran pintor que se formó en la Venecia de la segunda mitad del siglo XV, a pesar de haber firmado casi todas sus obras en los primeros veinte años del siglo XVI. Su estilo tan personal, influenciado por el ambiente humanista que frecuentó, se puede apreciar en sus primeras obras datadas, como el ciclo de las Historias de S. Orsola (1490-98), realizado para la escuela homónima. Desde 1501 a 1507 trabajó en el Palazzo Ducale, donde llevó a cabo algunas telas después perdidas en el incendio de 1577. En este período (1502-07) pintó para la Confraternita (hermandad) dálmata de San Jorge de los Schiavoni una serie de telas: ciclo de San Jorge; ciclo de San Jerónimo; San Trifone amansa al Basilisco; Vocación de San Mateo; La oración del huerto.

Carpaccio permanece unido a una visión humanística convencida de que el mundo sea racionalmente explorable a través de los instrumentos de la perspectiva, del uso de los espacios y de la sabia combinación cromática. Una concepción casi académica que se expresará al máximo en el ciclo de las Historias de la Virgen (1504-08), realizado para la hermandad de los Albaneses. Su pintura fue sin embargo animada por un sabio sentido de la narración, como atestiguan dos cuadros de 1520, Retrato de un Caballero y Lamentaciones sobre Cristo muerto. Al catálogo de sus obras pertenecen algunas de fecha incierta como las Dos damas venecianas (Museo Correr), la Virgen que lee (Galería Nacional de Washington), la Meditación sobre la Pasión de Cristo (Museo Metropolitano de Nueva York).

Su último decenio de vida se caracterizó por un claro declive artístico, a pesar de las últimas composiciones en Capodistria.

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