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El edificio, que desde 1627 alberga la Gran Escuela de los Carmelitas se atribuye a Baldassarre Longhena. La ornamentación interior, de mediados del siglo XVIII, es obra de Giambattista Tiepolo, e impresionó a los carmelitas hasta el punto de nombrarlo miembro honorífico de la Confraternita.
En los siglos XVII y XVIII la escuela gozó de gran renombre: en 1675 contaba con nada menos que 75.000 miembros, casi la mitad de la población veneciana de la época.
Bajo el dominio de Napoleón fue suprimida, como ocurrió con todas las escuelas de cofradías. En 1840, el emperador austríaco Fernando I favoreció su refundación.
1600 - 1700 - DORSODURO - rev. 0.1.8