La
Escuela de San Jorge de los
Schiavoni fundada oficialmente en 1451, atestigua la conspicua presencia de la colonia dálmata en la laguna (los venecianos llamaban Esclavonia a la antigua Dalmacia). Las relaciones que Venecia mantuvo con esta área geográfica del alto Adriático fueron frecuentes desde la Antigüedad, y se intensificaron cuando, durante el siglo XV, estos territorios pasaron bajo dominio de la
Serenísima. Fue entonces cuando los Schiavoni de Venecia sintieron la necesidad de reunirse en una sede que pudiese reconocer y dar testimonio de su cultura y de su identidad comunitaria. Adquirieron el antiguo hospital de Santa Caterina, un edificio que a mediados del siglo siguiente fue enriquecido con una nueva fachada de mármol. En 1502, la escuela recibió la donación que más fama y gloria le procuró: las reliquias de San Jorge, que un moribundo
Patriarca de Jerusalén confió al capitán de las tropas venecianas en Grecia y que, en el momento de su retorno a la patria, fueron entregadas a la escuela que estaba consagrada al santo. Ese mismo año, Carpaccio, maestro y pintor veneciano, culminó algunos espléndidos lienzos sobre las vidas de S. Jorge, S. Jerónimo, S. Agustín y S. Trifón: obras maestras en las que
Vittore Carpaccio alcanza la perfección de su propia poética pictórica.