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El proyecto de construcción de Sta. María Asunta (o Iglesia de los Jesuitas, como la llaman los venecianos) nació, sobre los cimientos de la Iglesia de los Crucíferos, tras una larga lucha por el poder entre la orden de los jesuitas y el Gobierno veneciano. A principios del siglo XVII, en el momento de designar al Patriarca de Venecia, los jesuitas se alinearon con el Papa y, por ello, fueron expulsados de la ciudad. El pontífice castigó entonces a Venecia con un interdicto (acto de excomunión emitido contra toda una nación). La Compañía de Jesús no pudo volver a Venecia hasta 1657, momento en el que quedaron reestablecidas las buenas relaciones entre ésta y la Iglesia romana.
El templo de Santa María Asunta, de un barocco suntuoso, fue edificado entre 1715 y 1730 siguiendo el modelo de la Iglesia del Gesù de Roma. El interior está ricamente decorado con muros que crean la ilusión óptica de estar recubiertos de tapicerías adamascadas, gracias a la genial aplicación de mármoles polícromos que semejan grandes pliegues de tela. “Tela” que sirve de marco a dos obras maestras: encima del primer altar de la izquierda se puede admirar El Martirio de San Lorenzo de Tiziano (aprox. 1555), en su momento descrito por el historiador de arte Hugh Honour como “el primer verdadero nocturno de la historia del arte”; en el brazo izquierdo del transepto destaca la Asunción de Tintoretto (1554-55).
1600 - 1700 - CANNAREGGIO - rev. 0.1.8