La institución veneciana que preside la divulgación de la cultura armenia es la Academia Sancti Lazari, creada en el siglo XIX y hoy reconocida como una importante fundación académica internacional.

El convento de San Lázaro, con su hermoso claustro y el jardín de rosas, han representado uno de los principales lugares de la diáspora armenia. Libres de vivir y comerciar donde quisiesen, los armenios en Venecia han podido conservar su cultura y su cocina basada en las rosas y en los granados, en dulces especiados y panes de la fortuna, en pescados y en carnes. Otro símbolo de su cultura es la presencia en San Lázaro como en todos los monasterios armenios, de los Khatchkar, características cruces de piedra que representan una antigua tradición artística, una de las exhibiciones más originales de las costumbres religiosas de la Armenia medieval. Los Khatchkar tienen una función conmemorativa, celebrativa y funeraria, tanto aislados como concentrados en amplias extensiones del territorio, o también ubicados en los muros de los edificios de culto.

La biblioteca, la pinacoteca y el museo de los padres armenios del monasterio de San Lázaro, son los instrumentos que recogen la cultura armenia en Venecia. En la rica biblioteca hay casi 4.000 volúmenes entre manuscritos, códigos y miniaturas que van desde el siglo VI al XVIII, sobre todo armenios, y más de 200.000 volúmenes impresos, incluidos textos raros y preciados. La Pinacoteca recoge obras de escuela armenia y véneta de los siglos XVII y XVIII. El museo conserva hallazgos arqueológicos de arte armenia, griega e india, especialmente objetos de arte religioso armenio de los siglos XVI y XVII, como trabajos de orfebrería y alfarería. Se custodia además una momia egipcia de hace 3.500 años, considerada una de las mejores conservadas del mundo. Otro centro de la cultura y tradiciones armenias en Venecia es el Palacio Zenobio de los Armenios, en el barrio de Dorsoduro. Construido en 1690, se convirtió en 1850 en la sede del Colegio de los Padres Armenios Mechitaristas de San Lázaro.

El poeta George Byron fue también un apasionado de la cultura armenia, y amando Venecia, entre 1816 y 1817, pasó con frecuencia por la pequeña isla, huésped del monasterio y de los padres mechitaristas.

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