Antonio Canova (Possagno Treviso 1757 - Venecia 1822), fue un reconocidísimo escultor. Entre los mayores artistas del neoclasicismo europeo, tuvo el favor de los
Papas y de
Napoleón y ejerció una gran influencia en la escultura de su tiempo. Cumplió sus primeros estudios entre Asolo y Venecia, donde esculpió Orfeo y Eurídice (1773), Dédalo e Ìcaro (1779,
Museo Correr de Venecia, y Apolo (1779), obras de estilo todavía
berniniano. En 1779, llegó hasta Roma y allí se estableció. En 1783 realizó el monumento a Clemente XIV (Santos Apóstoles en Roma), primera obra de impronta neoclásica, en la que redujo el movido conjunto [berniniano] a un esquema geométrico que aplicó también en el monumento a Clemente XIII (San Pedro en Roma), acabado en 1792. Al mismo tiempo esculpió el Amor y Psique (Louvre), que documentó un cada vez mayor interés del artista por lo antiguo, expresado también en las obras sucesivas: Monumento Emo (1792,
Museo Naval de Venecia); Adonis y Vénus (1795, Villa Fabre en Ginebra); Ebe (1796, Berlín). En 1802 fue a París para esculpir el Retrato de Napoleón y en 1805 inició Paolina Borghese representada como Venus vencedora (1808, Galería Borghese de Roma). En 1813 terminó la Venus itálica (Palacio Pitti en Florencia) y la escayola de las Tres Gracias (la obra en mármol es de tres años después, hoy conservada en el Ermitage de San Petersburgo). En esta última obra, el arte de Canova llega al máximo de la abstracción formal y de la deliberada frialdad, y según muchos críticos, la "perfección".