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El barroco veneciano, a pesar de derivar del estilo renacentista clásico, es particular ya que está enriquecido por ornamentos exuberantes y frondosos, casi invasivos: guirnaldas, rótulos, querubines, mascarones grotescos y rosetones, animan la fachada principal de edificios como Cà Pésaro, del siglo XVII, que se puede tomar como modelo del palacio barroco veneciano. Ca' Pésaro es un ejemplo de experimentación barroca, con la fachada plana revitalizada a través de motivos tridimensionales realizados con piedra llena de efectos de claroscuro, gracias a las ventanas a nicho y a los grupos de columnas que crean un interesante juego de luces y sombras.
El almohadillado a punta de diamante confiere solidez a las plantas inferiores, mientras abundan amorcillos y cabezas emplumadas esculpidas encima de las bíforas barrocas de piedra. En algunos palacios, las bíforas son a medio punto con el tímpano decorado con un círculo, otra característica típica del barroco. En el siglo XVII, en pleno período barroco, el amor por el arte en Venecia llegó a tal intensidad, que convirtió la ciudad lagunar en un centro de intercambio internacional y meta de los mayores coleccionistas europeos.
El barroco veneciano, a pesar de derivar del estilo renacentista clásico, es particular ya que está enriquecido por ornamentos exuberantes y frondosos, casi invasivos: guirnaldas, rótulos, querubines, mascarones grotescos y rosetones, animan la fachada principal de edificios como Ca’ Pésaro, del siglo XVII, que se puede tomar como modelo del palacio barroco veneciano. Ca’ Pésaro es un ejemplo de experimentación barroca, con la fachada plana revitalizada a través de motivos tridimensionales realizados con piedra llena de efectos de claroscuro, gracias a las ventanas a nicho y a los grupos de columnas que crean un interesante juego de luces y sombras.
El almohadillado a punta de diamante confiere solidez a las plantas inferiores, mientras abundan amorcillos y cabezas emplumadas esculpidas encima de las bíforas barrocas de piedra. En algunos palacios, las bíforas son a medio punto con el tímpano decorado con un círculo, otra característica típica del barroco.
En el siglo XVII, en pleno período barroco, el amor por el arte en Venecia llegó a tal intensidad, que convirtió la ciudad lagunar en un centro de intercambio internacional y meta de los mayores coleccionistas europeos.
1600 - 1700 - - rev. 0.1.9