Las casas del período renacentista se construían con frecuencia con piedra arenisca en lugar de con el tradicional ladrillo veneciano. El nuevo estilo se inspiraba en la arquitectura clásica, con sus proporciones armónicas y su simetría. El nuevo lenguaje decorativo, tomando prestados motivos de la antigua Grecia y de Roma, usó columnas acanaladas, capiteles corintios y arcos a medio punto. Sin embargo, el estilo renacentista veneciano es más complejo y por esto quizás menos puro con respecto al florentino o romano. Al final del siglo XV se introdujeron costosas incrustaciones de piedra en los palacios, retomando los modelos del siglo XIII. A partir del siglo XVI se consolidó definitivamente una forma con columnas y revestimiento con piedra natural, que a veces podía ser sin embargo sólo pintada. En general, la decoración pictórica de las fachadas tenía un papel muy importante para la imagen de la ciudad. Hoy desafortunadamente no se ha conservado casi nada de la riqueza de las decoraciones figurativas de Venecia.

Un ejemplo clásico del Renacimiento arquitectónico veneciano es el Palacio Grimani, , con un aspecto macizo y por esto sustentado por fuertes cimentaciones. Aquí la fachada se caracteriza por el gran portón, típico de la época renacentista, con un arco central a medio punto y flanqueado por entradas laterales más estrechas. Esta combinación se encuentra también en las ventanas a arco, con máscaras teatrales usadas como clave de la bóveda. El Palacio Grimani está decorado además de por las máscaras con funciones estructurales, por otras muchas esculturas que sólo las familias muy acomodadas podían permitirse.

Otras características del período renacentista son la cornisa que sobresale y las pilastras de estilo corintio, como aquellas espléndidas colocadas a los lados del portal de San Juan Evangelista, en el barrio de San Polo.

1300 - 1400 - - rev. 0.1.8