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Los circuitos comerciales italianos y europeos que determinaron las fortunas de ciudades y municipios a partir del siglo XII, dependían estrictamente de las rutas marítimas mediterráneas, monopolizadas por las Repúblicas marineras italianas, y de forma especial por Génova y Venecia. Las rutas comerciales venecianas, en concreto, hacían posible una notable afluencia de los productos del Medio y Extremo Oriente, para ser después comercializados a lo largo de la red viaria urbana que desde la llanura padana llegaba hasta Alemania y Flandes.
Oriente suministraba los productos más preciados y costosos como las especias, usadas tanto en cocina como en medicina, la seda, fundamental para la sociedad occidental de la época y muchas variedades de piedras preciosas. Del Norte de Europa procedían, predominantemente vía tierra, metales preciosos, hierro, cobre, estaño, madera, pieles y telas.
Sin embargo, la gran parte del comercio veneciano estaba constituida por algunos productos alimenticios, sobre los que Venecia, como con las especias, tuvo durante siglos una especie de monopolio.
- La sal: Además de la recogida en las salinas de la circunscripción lagunar, los venecianos se aprovisionaban de sal allí donde se produjese, en las costas de Apulia, en Sicilia, en Cerdeña, en Baleares, en Libia y Chipre.
- El trigo y los cereales: segundos por cantidad comercial sólo tras la sal, el trigo y los biavé (forrajes) como la cebada, centeno, mijo y avena eran indispensables para la supervivencia de la ciudad. En el siglo XIV, Venecia tenía 100.000 habitantes, y era, después de Nápoles y Paris la tercera ciudad de Europa. En tal consideración el comercio de trigo y cereales, importados sobre todo vía mar, eran supervisados por el Estado para evitar carestías y controlar compras y precios.
- El vino y el aceite: mientras el vino se producía en abundante cantidad también en la tierra firme véneta, el aceite era siempre de procedencia de ultramar, producido en las regiones de Italia centro-meridional o en los paises de la cuenca mediterránea. El vino y el aceite se comercializaban en gran cantidad, vendidos a Venecia que a su vez los exportaba ampliamente de nuevo. Entre otras cosas el aceite servía también para la iluminación.
- El azúcar de caña: se producía sobre todo en Candía y en Chipre, islas de las que llegaba en gran cantidad a Venecia, donde se refinaba.
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